
Industria automotriz en Latam: soplan buenos vientos
Industria automotriz en Latam: soplan buenos vientos
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Las decisiones políticas, los tratados de libre comercio y las reformas tributarias han afectado el mercado de vehículos en Latinoamérica en los últimos años. Brasil lo ha vivido en carne propia con la caída en los precios de materias primas y el escándalo político de Lula Da Silva; Argentina aún trata de reponerse de sus problemas económicos mientras vive un escenario de austeridad fiscal. Colombia vislumbra un segundo semestre de 2018 positivo luego de 18 meses de crisis en el consumo, mientras que México saca la cara por toda la industria.
El fenómeno de México es muy positivo; aunque su crecimiento económico en general ha sido relativamente lento, la industria automotriz brilla con luz propia gracias a una sólida cadena de suministros, a la confianza de varias marcas internacionales y a su vecindad con Estados Unidos. Ambos componentes posicionaron a México como receptor de la inversión automotriz y centro de exportación no solo a Latinoamérica, sino también hacia Canadá y Estados Unidos.
Confiamos en el repunte de los indicadores económicos que lleven al aumento de los índices de confianza del consumidor, para que la industria automotriz retome su camino de crecimiento".
Jaime Gil, director de ventas de Sudamérica Oeste de General Motors.
Esto, a pesar del discurso hostil de Donald Trump y su firme intención de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que desde 1994 ha habilitado un comercio fluido de automotores y piezas de repuesto entre los tres países.
Fue tal la presión ejercida por el presidente norteamericano que, en enero de 2017, Ford canceló sus planes de construir una planta de ensamblaje de USD1.600 millones en San Luis Potosí, decisión tomada a raíz de la posible imposición de aranceles norteamericanos a la importación de bienes desde el país limítrofe. Sin embargo, el director ejecutivo de Ford, Mark Fields, no reconoció la injerencia política en su decisión. En su lugar dijo que obedeció a una “desaceleración de la demanda de vehículos compactos y subcompactos en la región”, y de inmediato trasladó los recursos a la planta de Flat Rock en Michigan. Â
En su momento, la decisión de Ford creó zozobra en el mercado y representó un duro golpe para la economía automotriz mexicana, que enfrentó un posible escenario de desbandada de otros fabricantes, en detrimento no solo de la producción de unidades, sino también del abastecimiento de motores, plantas de transmisión y piezas de repuesto.
Guerra comercial
Hoy, luego de 18 meses de vaivén, las cosas siguen sin definirse. Las demandas de Estados Unidos han pasado a un plano de modernización del acuerdo, que en 2018 cumplió 24 años de edad. Las peticiones de Trump incluyen elevar el porcentaje de repuestos locales y aumentar los aranceles a las partes canadienses y mexicanas, a lo cual se han opuesto las dos últimas.
El tire y afloje ha trascendido a niveles insospechados. En un movimiento sorpresivo, Estados Unidos declaró una guerra comercial sin precedentes en contra de Canadá, México, China, Turquía y la Unión Europea, luego de que estos países tomaran represalias contra los aranceles norteamericanos sobre metales y otros productos.
A mediados de julio de 2018, la Casa Blanca anunció aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio bajo el argumento de que “Los metales importados representan una amenaza para la seguridad nacional”. Ante esta arremetida, la Unión Europea, México, China y Turquía respondieron con impuestos valorados en USD 24,000 millones a las exportaciones estadounidenses.
Aunque los vehículos aún no han sido incorporados en esta guerra comercial, se teme que Trump incluya a esta industria en sus próximas decisiones. Por ahora, los aranceles han sido impuestos sobre docenas de miles de millones de importaciones de acero, aluminio, lavadoras, paneles solares y amplias gamas de productos manufacturados y maquinaria industrial.
Debido a que las materias primas de la industria automovilística dependen precisamente del acero y el aluminio, algunos analistas creen que el Departamento de Comercio impondrá a las importaciones de vehículos el mismo rango de ‘seguridad nacional’ declarado a otros productos. Bajo este escenario, no es claro el panorama de la industria.
Le recomendamos: Estado y perspectivas 2018 de la industria manufacturera en América Latina.
Optimismo creciente
A pesar de esto, los fabricantes automotrices mexicanos se muestran optimistas y sacan pecho por las asombrosas cifras obtenidas durante 2017, donde se rompieron todos los pronósticos y se alcanzaron –de manera espectacular-, máximos absolutos en producción y exportación.
Las cifras no pueden ser más contundentes: En 2017 la industria local produjo 3.8 millones de vehículos, un 9% más que en 2016. Además, del total de vehículos ligeros ensamblados, el 65% fue exportado a los Estados Unidos.
Por si esto fuera poco, la industria continuó avante durante 2018. Datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) confirmaron la producción de 303,755 vehículos durante enero de 2018, un 4% más que el año anterior. Además, las exportaciones ascendieron a 231,088 unidades durante el mismo mes, una subida del 9.2% año a año.
Dice AMIA que Estados Unidos fue el principal destino de las exportaciones mexicanas que –solo en enero de 2018-, representaron un 77.3% con 178,667 unidades. Canadá fue el segundo destino, con 17,102 vehículos (7.4%) y el tercer mercado fue Alemania con 7,496 unidades, un 3.2%. Las cifras de exportación a Estados Unidos revelaron que el 15.5% de todos los vehículos vendidos en ese país son de origen mexicano.
Un dato interesante es la colocación de 13,633 unidades de la marca Audi producidas durante enero de 2018, de las cuales México exportó 9,214. La planta de este fabricante, de origen Alemán, en San José Chiapa (Puebla), produjo durante 2017 un total de 158.550 unidades del modelo Q5. Para enero de 2018, produjo 13,633 vehículos, de los cuales exportó 9,214.
La fábrica de San José Chiapa es la primera de la marca fuera de Alemania que utiliza tecnología digital como eje central de sus procesos logísticos. Aunque México aún carece de sistemas totalmente autónomos para la manufactura de vehículos, la llegada de fabricantes de alta gama como Audi, trazará el camino para que la producción y la logística tengan mayor eficiencia y procesos innovadores.
El florecimiento de la industria mexicana de vehículos en México está en su punto más alto. Las previsiones de AMIA indican que la producción total anual aumentará hasta 5 millones de unidades en 2020 con una fuerte inclinación hacia los segmentos SUV (Special Utility Vehicles) y premium. En 2017 alcanzó 3.9 millones de unidades, un aumento del 9% con respecto a 2016. Lo más probable es que la producción se eleve aún más con la llegada de nuevas platas de Daimler-Nissan en Aguascalientes y de BMW en San Luis Potosí, donde se producirá la Serie 3.
Colombia, lenta recuperación
Pasemos a Colombia, país considerado uno de los mayores mercados automotrices de Suramérica gracias a su concentración de ensamblaje de automóviles y su estratégica ubicación para ingresar a otros mercados de la región como Ecuador, Perú, Chile y Argentina.
Se trata de una industria que incluye el ensamblaje de autos livianos, camiones, buses y motocicletas y cuenta con ocho ensambladoras, entre ellas: GM Colmotores, Sofasa, Hino Motors Manufacturing, Foton y Fanalca (Honda). Las cuatro primeras representan el 96% combinado de toda la producción.
Colombia sigue siendo un mercado interesante porque cuenta con uno de los potenciales más importantes de la región".
Jaime Gil, director de ventas de Sudamérica Oeste de General Motors.
Aunque 2014 fue el mejor año en ventas en los últimos cinco años, el sector experimentó una disminución del 10% de 2015 a 2016, causada por la caída de los precios mundiales del petróleo y un peso colombiano más débil, en conjunto con una desaceleración en el PIB del 2% para 2016.
Además, un paquete de reforma tributaria aprobado en 2016 elevó el Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 16% al 19% a partir de 2017 lo que afectó el gasto del consumidor en general y desaceleró el consumo. Esto repercutió directamente en la compra de vehículos y motos, que cayeron 6.1% y 12% respectivamente en 2017, según la Asociación Colombiana de Vehículos Automotores (Andemos).
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Jaime Gil, director de ventas de Sudamérica Oeste de General Motors.
A pesar de la disminución en ventas, “Colombia sigue siendo un mercado interesante porque cuenta con uno de los potenciales más importantes de la región”, aseguró a Reportero Industrial, Jaime Gil, director de ventas de Sudamérica Oeste de General Motors, que durante 2017 presentó los modelos Chevrolet Onix Activ, Equinox, Traverse, Colorado y este año, durante el primer trimestre, ya lanzaron el nuevo Chevrolet Spark GT, el Beat y la DMAX.
“Estamos muy optimistas sobre la recuperación del mercado durante el segundo semestre del año. Confiamos en el repunte de los indicadores económicos que lleven al aumento de los índices de confianza del consumidor, para que la industria automotriz retome su camino de crecimiento”, prosiguió Jaime Gil, quien busca en 2018 alcanzar el 24% de participación de mercado.
Cifras de Andemos corroboran este comportamiento en ascenso: en junio de 2018, el mercado registró 18.324 unidades, lo que equivale a una variación de -7,6% frente al mismo mes de 2017. “A pesar de la caída, Colombia finaliza de manera estable el primer semestre”, precisó Oliverio García Basurto, presidente de Andemos.
En el acumulado, el sector se ubica en una posición positiva (+0,3%), resultado de las 113,491 unidades registradas en lo que va corrido de 2018. En este sentido, se destaca el buen desempeño de los segmentos pick-up con 26,1% de crecimiento, seguido de camiones de carga mayores a 10.5t (con un aumento del 16,6%), y utilitarios, con una variación del 3,9%.
“Luego de 3 años de un comportamiento negativo, el mercado ya logra estabilizarse, por lo que se mantienen las proyecciones de 250.000 unidades en la medida en que el dólar mantenga su tendencia baja”, continuó García Basurto.
Le sugerimos: Sector manufacturero impulsa el comportamiento positivo de las exportaciones en Colombia.
Volatilidad, la constante
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Oliverio García Basurto, presidente de Andemos.
El resultado obtenido en junio obedece al incremento del dólar -el más alto del primer semestre-, la segunda ronda de las elecciones presidenciales, la temporada de vacaciones de mitad de año y el torneo mundial de fútbol.
Precisamente la divisa estadounidense es la que fija las condiciones del mercado. Si bien una Tasa Representativa del Mercado (TRM) en promedio de 2.800 COP durante el último año ha representado una buena correlación con el índice de confianza del consumidor, la misma divisa a la baja incide en menos salarios mínimos para comprar productos dolarizados, como son los coches, incluso aquellos que son ensamblados localmente por tener autopartes importadas.
Vemos que los años record de la industria colombiana se dieron cuando la tasa estuvo entre los 1.930 COP y 2.400 COP por dólar, un crecimiento del PIB superior al 3% y un índice de confianza del consumidor positivo.".
Oliverio García Basurto, presidente de Andemos.
Ante esta realidad, García Basurto opinó que, sin lugar a dudas, la tasa de cambio tiene un efecto importante en nuestro sector: “Vemos que los años record de la industria colombiana se dieron cuando la tasa estuvo entre los 1.930 COP y 2.400 COP por dólar, un crecimiento del PIB superior al 3% y un índice de confianza del consumidor positivo. El tener salarios no indexados a la tasa de cambio y presentarse una depreciación de las monedas de compra afecta positivamente a los clientes y por consiguiente el desempeño de la industria”.
En una línea similar se ubica Daniel Galindo, Gerente de BMW Colombia, al resaltar que el tipo de cambio es la variable más importante para la competitividad de los autos importados:
“Lo verdaderamente relevante a futuro es, por un lado, tener un tipo de cambio balanceado que sea competitivo tanto para el importador como para el exportador, y de otro lado, bajar la alta volatilidad vivida especialmente en 2015 y 2016. Esto llevará a una economía más fuerte, con mayor inversión; mayor generación de empleo y como consecuencia aumento del poder adquisitivo. Alcanzando esto, sin duda alguna, la industria automotriz mostrará indicadores de crecimiento sostenibles.”
A pesar de que en el mundo y en Latinoamérica el consumo de carros nuevos crece, en Colombia se pasó de 5.2 carros por cada 1.000 habitantes en 2016 a 4.8 en 2017, la peor cifra de los últimos 6 años. Ante esta realidad, Jaime Gil opina que –antes de ser una limitante-, es una oportunidad ya que el potencial es amplio. Para aprovecharlo, señala que: “Un factor fundamental en este negocio es la financiación; ahí se puede trabajar para acelerar el crecimiento, con planes agresivos y tasas que faciliten a los clientes potenciales a tomar la decisión de comprar vehículo.”
A nivel de matrículas internas, Latinoamérica registró un incremento en la venta de vehículos del 6.5% jalonada por la recuperación de sus principales mercados. Brasil con un +9,2%, Argentina: +25,6% y Chile +14,1%, mientras que México -el segundo mercado más importante de la región-, retrocedió un 4,6%.
Fue así como la región mejoró su índice de motorización al pasar de 9,6 a 9,8 en el 2017, encabezando la lista Chile con 20 vehículos nuevos por cada 1.000 habitantes.
Argentina, a no depender de Brasil
Argentina, por su parte, proyecta un crecimiento del 20% en 2018, equivalentes a 565,000 unidades, según datos de la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), entidad que afirma que este año se reactivará la industria luego de cuatro años de recesión provocada por el debilitamiento del mercado interno y por la intensa contracción del mercado brasilero.
"2017 finalizó con 472.158 unidades producidas, 615 unidades menos que 2016”, dice Adefa. Además, se exportaron 209.587 vehículos, un crecimiento de 10% respecto de las 190.008 unidades que se exportaron en 2016. Para 2018, se prevé que las exportaciones de automóviles livianos y vehículos comerciales alcancen las 300.000 unidades; es decir, un 43% de crecimiento comparado contra el año anterior.
Este contexto positivo contrasta con las nuevas disposiciones del gobierno de Mauricio Macri, que implementó el Plan 1 Millón, con el cual busca llegar a fabricar 750.000 unidades en 2019 y 1 millón a 2023. Para llegar a esas cifras, las autoridades han comenzado a implementar diferentes medidas que incluyen una reducción de costos logísticos, así como la modificación del impuesto interno.
El gobierno también quiere exportar al menos un 35% de su producción a países por fuera de Mercosur. En este camino, ya logró firmar un acuerdo para que Colombia elimine los aranceles de camionetas, buses, camiones y coches producidos en el país austral.
La idea es dejar de depender del mercado brasileño, sostiene un informe de la Universidad Austral, que indica que en los últimos 10 años, 3 de cada 4 vehículos producidos en Argentina (76%) se exportaron a Brasil. Mientras que solo el 7% fueron a México y el 2,8 a Chile.
Romper esa dependencia no es fácil, especialmente porque “Argentina tiene, en promedio, un costo de producción 25% mayor que Brasil y 65% mayor que México, lo que pone en juego la sustentabilidad del sector automotriz local”, prosigue la Universidad Austral. Además, “Los autos que se ofrecen en Argentina son los más caros. Su costo promedio llega a ser más del doble que en otros países, como México, por ejemplo”.
En esto juega un papel muy importante también la carga impositiva que tienen los vehículos; el 54,8% del precio total de los automóviles corresponde a impuestos. Si seguimos la línea de comparación, en Brasil la carga impositiva sobre los vehículos es del 30,4% y en Estados Unidos, del 7,5 por ciento.
De esta manera, se desalienta la compra de autos cero kilómetros, al posicionar al automóvil como un bien suntuoso. “Lamentablemente, la medida tomada por el Gobierno de eliminar el impuesto interno no fue acompañada por el tipo de cambio debido a la devaluación que sufrió el peso en el inicio de 2018”, señaló la Universidad Austral.
¿Hacia dónde vamos?
En medio de tanta incertidumbre regional, surge la cuestión de ¿hacia dónde va la industria? El gobierno de Macri en Argentina ha dado muestras de inclinarse hacia una posición económica positiva que estabilice las ventas de vehículos a mediano plazo.
Algo similar sucede con Colombia, un país que –luego de afrontar una guerra interna de 50 años-, firmó la paz en 2017, lo que puede desembocar en nuevos proyectos de inversión en infraestructura, vías y logística capaces de jalonar la industria automotriz hacia nuevos rumbos.
En un escenario Latinoamericano tan convulsionado, hay dos grandes protagonistas: Brasil y México. Ambas economías concentran casi el 90% de producción de la región. Con plantas de manufactura de marcas como BMW, Audi, Mazda, Mercedes-Benz, y Nissan, México se beneficia por su frontera con Estados Unidos por la cual pasan vehículos nuevos y llegan coches usados a precios de remante para el consumo interno.
La posición de México como productor de vehículos de primer nivel y modernas plantas equipadas con tecnología de punta han impulsado al país a un contexto internacional que ninguna otra nación Latinoamericana puede igualar, al menos en el mediano plazo.
Lo invitamos a leer: México, prioridad para Alemania en América Latina.
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El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, anunció, mediante comunicado de prensa, que las exportaciones del sector manufacturero completaron cinco meses consecutivos de crecimiento. De acuerdo con la entidad, en febrero, el comportamiento positivo de las exportaciones colombianas estuvo impulsado por las ventas externas del sector agropecuario y de alimentos (9 %) y de los combustibles (8,9 %). La ministra de Comercio, Industria y Turismo, MarÃa Lorena Gutiérrez, manifestó su satisfacción por el resultado y explicó que la recuperación de la economÃa global incidió en el buen desempeño de las exportaciones colombianas. “El alza que muestran las exportaciones manufactureras es muy relevante. Esto es resultado de la polÃtica de diversificación de la oferta exportable en la que estamos empeñados y del trabajo de profundización y aprovechamiento de los acuerdos comerciales. Invito a los empresarios a seguir trabajando juntos en este proceso”, señaló la ministra Gutiérrez. El incremento de las ventas externas manufactureras en febrero estuvo impulsado por diferentes bienes. Productos como equipos de transporte (148,3%),  manufacturas de caucho (112,5%), abonos (97,6%), equipos y materiales fotográficos (93,1%), manufacturas de corcho y madera (89%), plásticos en formas primarias (78,5%), hierro y acero (51%), edificios prefabricados (46,5%), manufacturas de minerales no metálicos (46,3%) y productos medicinales y farmacéuticos (38,9%), entre otros, impulsaron esta clase de ventas. En cuanto al sector de las exportaciones agropecuarias y de alimentos se destacan productos como: pescado (155,9%), azúcares y preparados con azúcar y miel (111,7%), tabaco y sus productos (77,4%), aceites y grasas fijos de origen vegetal (71,6%), pienso para animales (50,7%), carne y preparados de carne (45,9%) y bebidas (42,5%), entre otros. Por otro lado, las exportaciones totales colombianas en el primer bimestre aumentaron 13,9 % al compararlas con igual periodo de 2017. Las manufactureras crecieron 20,5%, las agropecuarias y de alimentos 17,7% y las de combustibles 15,3% en los dos primeros meses del 2018. Argentina, con un incremento de 158%, Paraguay (133,2%), Canadá (135,4%), Austria (119,7%), Francia (83,4%), Corea del Sur (40,5%), Costa Rica (15,7%) y Estados Unidos (4,6%) son algunos de los socios comerciales a los que más crecieron las exportaciones colombianas en los dos primeros meses de este año.El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, anunció, mediante comunicado de prensa, que las exportaciones del sector manufacturero completaron cinco meses consecutivos de crecimiento. De acuerdo con la entidad, en febrero, el comportamiento positivo de las exportaciones colombianas estuvo impulsado por las ventas externas del sector agropecuario y de alimentos (9 %) y de los combustibles (8,9 %). La ministra de Comercio, Industria y Turismo, MarÃa Lorena Gutiérrez, manifestó su satisfacción por el resultado y explicó que la recuperación de la economÃa global incidió en el buen desempeño de las exportaciones colombianas. “El alza que muestran las exportaciones manufactureras es muy relevante. Esto es resultado de la polÃtica de diversificación de la oferta exportable en la que estamos empeñados y del trabajo de profundización y aprovechamiento de los acuerdos comerciales. Invito a los empresarios a seguir trabajando juntos en este proceso”, señaló la ministra Gutiérrez. El incremento de las ventas externas manufactureras en febrero estuvo impulsado por diferentes bienes. Productos como equipos de transporte (148,3%),  manufacturas de caucho (112,5%), abonos (97,6%), equipos y materiales fotográficos (93,1%), manufacturas de corcho y madera (89%), plásticos en formas primarias (78,5%), hierro y acero (51%), edificios prefabricados (46,5%), manufacturas de minerales no metálicos (46,3%) y productos medicinales y farmacéuticos (38,9%), entre otros, impulsaron esta clase de ventas. En cuanto al sector de las exportaciones agropecuarias y de alimentos se destacan productos como: pescado (155,9%), azúcares y preparados con azúcar y miel (111,7%), tabaco y sus productos (77,4%), aceites y grasas fijos de origen vegetal (71,6%), pienso para animales (50,7%), carne y preparados de carne (45,9%) y bebidas (42,5%), entre otros. Por otro lado, las exportaciones totales colombianas en el primer bimestre aumentaron 13,9 % al compararlas con igual periodo de 2017. Las manufactureras crecieron 20,5%, las agropecuarias y de alimentos 17,7% y las de combustibles 15,3% en los dos primeros meses del 2018. Argentina, con un incremento de 158%, Paraguay (133,2%), Canadá (135,4%), Austria (119,7%), Francia (83,4%), Corea del Sur (40,5%), Costa Rica (15,7%) y Estados Unidos (4,6%) son algunos de los socios comerciales a los que más crecieron las exportaciones colombianas en los dos primeros meses de este año.