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Descubre qué es el bioetanol, cómo se produce, sus aplicaciones en la industria y las ventajas ambientales de utilizar este combustible ecológico.


En el ámbito del consumo energético, la tendencia actual se inclina hacia la búsqueda de fuentes de energía renovable como el bioetanol que ofrezcan una eficiencia energética óptima a los costos más reducidos posibles. Por esta razón, es común observar la aparición de nuevos tipos de combustibles, cada uno con sus propias características distintivas, así como ventajas y desventajas comparativas.

¿Qué es el bioetanol?

El bioetanol es un tipo de biocombustible que se obtiene a partir de la fermentación de materiales ricos en azúcares y almidones, como la caña de azúcar, el maíz, la remolacha, entre otros. Es factible dedicar el cultivo de ciertos vegetales exclusivamente para la elaboración de bioetanol, pero este combustible también se puede producir utilizando desechos forestales o residuos de actividades agrícolas.

Es utilizado principalmente como alternativa ecológica a los combustibles fósiles en motores de automóviles, ya que su uso puede reducir la emisión de gases de efecto invernadero. El bioetanol es renovable, ya que proviene de cultivos que se pueden replantar y cosechar continuamente. Además, contribuye a la diversificación energética y puede fomentar la seguridad energética de un país al reducir su dependencia de petróleo importado. Sin embargo, el debate sobre el bioetanol incluye preocupaciones sobre su impacto en el uso del suelo, los precios de los alimentos y la biodiversidad.

¿Cómo se produce el bioetanol?

La producción de bioetanol se lleva a cabo a través de la fermentación alcohólica usando levaduras, las cuales fermentan los azúcares simples derivados de la biomasa, generando etanol y dióxido de carbono como productos finales.

En el caso específico del maíz, solo el almidón presente en el grano se convierte en alcohol, mediante el uso de enzimas que descomponen este almidón en azúcares más sencillos como la glucosa.

El etanol resultante de este proceso de fermentación se somete a destilación para obtener un alcohol de alta calidad y concentración adecuada (95% v/v). Este alcohol es luego deshidratado hasta alcanzar una concentración de 99.5 % v/v, mediante el uso de tamices moleculares, logrando así la pureza requerida para su uso como combustible.

Además, los componentes residuales del grano de maíz, como las proteínas, grasas y fibras, se convierten en Burlanda húmeda (WDG), un subproducto rico en proteínas que se utiliza como alimento para ganado bovino, porcino y avícola, ofreciendo excelentes beneficios nutritivos.

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