¿Qué es la Excelencia Operacional? – Parte 2

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La Confiabilidad Operacional como herramienta principal de la Gestión de Activos se asienta sobre una aproximación de sentido común, hacia la Excelencia Operacional. Si diariamente se tiene claro lo que hay que hacer para garantizar la confiabilidad del sistema productivo y esto se realiza oportunamente, usando los medios correctos y la manera correcta, se persigue la excelencia de las actividades industriales.

La excelencia está avalada por la cantidad y la calidad de las acciones concretas desarrolladas diariamente, por los miembros de una empresa, para mantener la confiabilidad dentro de un plan previsto. La excelencia involucra la ejecución eficiente de los procesos desarrollados por el Talento Humano, con la efectiva disponibilidad de los equipos y los sistemas de gestión. La excelencia es un hábito que se construye día a día y se va involucrando en los trabajadores, a partir de su incorporación en la Cultura Organizacional.

La clave para alcanzar la Excelencia Operacional se centra en las personas y su gestión.  Las compañías se están dando cuenta de que más allá de las tecnologías y los nuevos procesos, son los conocimientos y el saber de sus colaboradores, cada vez más preparados, los que aportan el mayor Capital Intelectual a la organización.

La Excelencia Operacional se puede plantear como una ecuación matemática, que expresa la suma de cuatro destacadas teorías de gestión: la Confiabilidad Operacional, la Calidad Total, la Seguridad Humana y la Responsabilidad Social Corporativa.

La Excelencia Operacional en la búsqueda permanente de mayor rendimiento operativo utiliza un sistema de gestión basado en el mejoramiento de los procesos, que se realiza a través de la correcta aplicación de técnicas y herramientas de mejora continua, y de la transferencia de las mejores prácticas, para alcanzar los objetivos.  Pero, más importante que el resultado es el análisis de las condiciones y formas de ejecución que generan ese resultado, para entender si se trata de un efecto aislado y obtenido por un esfuerzo puntual, o si presenta una estructura realmente orientada a la mejora continua, que es la única condición necesaria para lograr un estado temporal de excelencia.

La excelencia siempre será función de criterios y paradigmas temporales. Lograr la condición de Excelencia Operacional, implica la transformación de la cultura corporativa a un sistema visto como un todo en interacción permanente con el entorno circundante. No es posible obtener un gran desempeño de un proceso aislado, si el resto de procesos de la empresa no se orientan y trabajan mancomunadamente para ser cada día los mejores. La excelencia es un estado temporal; el mejoramiento continuo es una estrategia y un estado permanente; si la excelencia no se concibe como un proceso totalmente dinámico, y se busca presentarla como un resultado estático, será algo muy difícil de conseguir.

La aspiración legítima de alcanzar la excelencia en las actividades de la empresa, lleva a la idea de alcanzar la categoría de Clase Mundial; la cual se puede entender como la gestión operativa que satisface las expectativas y requisitos, relativos a cada momento del desarrollo industrial de la humanidad, del contexto socio-económico y de la globalización de los mercados, que tienen relación con la seguridad, el ambiente, la calidad, la productividad y la confiabilidad.

Por lo anterior, se debe ir hacia una Sociedad Integral dentro de la Economía del Conocimiento que extrae valor de su Talento Humano, lo aplica y crea las oportunidades de innovación y de cambio, como estrategia para lograr la máxima seguridad, confiabilidad, equidad y bienestar social de todos, en busca de la Sostenibilidad Global.

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